No sé cómo hacertelo llegar, pero tu orden es mi aliado.
A veces, en la vida, todos dudamos y es ahí cuando nos paramos.
Encima de tus hombros el rompecabezas,
en el pecho está tu respuesta,
no la cagues, sé honesta.
Mira a tu alrededor y piensa que la vida no es sólo risa,
que sí, que sólo hay una y hay que vivirla,
pero no te la tomes con prisa.
Si pudiera te diría: Escucha, mira...
Pero no puedo, estás lejos
ni escuchas, ni ves, allá donde estés.
No es cuestión de convencerte,
solo trato de entenderte.
Si algún día te decides, aquí estaré,
esperando, como ya te dije aquella vez.
Azahara.
lunes, 28 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
De cuando el talento llama al talento
Llevo algún tiempo queriendo escribir algo parecido a lo que se avecina pero, sea por lo que sea, no lo he hecho hasta ahora. Hoy tengo la excusa perfecta. Se alinean los planetas y yo me siento a desenredar mi alma.
Esta entrada podría hablar de refranes: Dios los cría y ellos se juntan; Dime con quién andas y te diré quién eres... Pero no, habla del talento.
Talento es cuando, siendo únicamente lo que eres y con lo que te es innato, eres capaz de emocionar con tu arte. Y no voy a entrar en qué es y que no es, arte.
Siempre lo he dicho y quién me conoce lo sabe: el talento llama al talento.
Hitos que no todos son capaces de realizar. Vega ("La cuenta atrás". Sony Music. 2011), es talento. Lo ha sido siempre -me consta- pero en mi queda poco creíble, quizás, decirlo. Hoy tengo pruebas que lo demuestran, por si no son suficientes sus melodías, sus letras y sus gestos para con todos nosotros.
Es terriblemente alucinante cuando los sillones orejeros que hay en las grandes empresas de comunicación y entretenimiento tienen, valga la redundancia, más orejas (entiéndase oídos) que los que se sientan en ellos.
Pero da igual, haciendo oídos sordos a los que se los hacen a Vega, ella lleva seis semanas en la lista de los más vendidos. Y en el top 50, oíga. Su música, sus letras y sus melodías le dan la razón. Los que la escuchan, la respaldan y la aúpan por encima -incluso- de los despachos en los que un chimpancé con tirantes y bombachos que fuma puros se sienta en su sillón orejero. Así es la vida. El talento tiene más fuerza que el poder y, aunque te empeñes en esconderlo y enterrarlo en los más profundos subsuelos, acaba sobresaliendo y brillando desde lo más alto de la Gran Vía de Madrid, iluminando las mañanas de muchos de los que pasan, y no, por ahí.
Porque seguramente, Aram Rian (@voxRian), nunca se habrá parado en plena Gran Vía a ver qué recomiendan escuchar. A él, le llegaron los destellos de brillantez desde lo alto de los edificios de muchos hogares de España... Y la brillantez de Vega encontró reflejó en la de Aram, quién quiso regalarle/nos esta pieza maravillosa:
Y es que hay por ahí infinitas pruebas de que el talento llama al talento...
Gracias a Vega y a Aram Rian por brillar.
Esta entrada podría hablar de refranes: Dios los cría y ellos se juntan; Dime con quién andas y te diré quién eres... Pero no, habla del talento.
Talento es cuando, siendo únicamente lo que eres y con lo que te es innato, eres capaz de emocionar con tu arte. Y no voy a entrar en qué es y que no es, arte.
Siempre lo he dicho y quién me conoce lo sabe: el talento llama al talento.
Hitos que no todos son capaces de realizar. Vega ("La cuenta atrás". Sony Music. 2011), es talento. Lo ha sido siempre -me consta- pero en mi queda poco creíble, quizás, decirlo. Hoy tengo pruebas que lo demuestran, por si no son suficientes sus melodías, sus letras y sus gestos para con todos nosotros.
Es terriblemente alucinante cuando los sillones orejeros que hay en las grandes empresas de comunicación y entretenimiento tienen, valga la redundancia, más orejas (entiéndase oídos) que los que se sientan en ellos.
Pero da igual, haciendo oídos sordos a los que se los hacen a Vega, ella lleva seis semanas en la lista de los más vendidos. Y en el top 50, oíga. Su música, sus letras y sus melodías le dan la razón. Los que la escuchan, la respaldan y la aúpan por encima -incluso- de los despachos en los que un chimpancé con tirantes y bombachos que fuma puros se sienta en su sillón orejero. Así es la vida. El talento tiene más fuerza que el poder y, aunque te empeñes en esconderlo y enterrarlo en los más profundos subsuelos, acaba sobresaliendo y brillando desde lo más alto de la Gran Vía de Madrid, iluminando las mañanas de muchos de los que pasan, y no, por ahí.
Porque seguramente, Aram Rian (@voxRian), nunca se habrá parado en plena Gran Vía a ver qué recomiendan escuchar. A él, le llegaron los destellos de brillantez desde lo alto de los edificios de muchos hogares de España... Y la brillantez de Vega encontró reflejó en la de Aram, quién quiso regalarle/nos esta pieza maravillosa:
Y es que hay por ahí infinitas pruebas de que el talento llama al talento...
Gracias a Vega y a Aram Rian por brillar.
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