martes, 29 de abril de 2014

¿Amar sin medida?


¿En canciones? ¿En caricias? ¿En besos? ¿En instantes? ¿En sonrisas? ¿En minutos? ¿Horas? ¿En distancia? ¿En detalles? ¿En amaneceres? ¿En noches estrelladas? ¿En viajes? ¿En copas? ¿Cervezas? ¿En 'te quieros'? ¿En entradas de cine? ¿En velas? ¿En preguntas? ¿En dudas? ¿Quizás en lágrimas? ¿En sueños? ¿En primaveras y veranos o en otoños e invernos? ¿En disculpas? ¿En celos? ¿En 'olvídames'? ¿En noches en vela? ¿En mensajes? ¿O quizás en masajes? ¿En litros de crema? ¿En cepillos de dientes? ¿En bolas de cristal? ¿En cigarros? ¿En cenas? ¿O en desayunos? ¿En zumos colados? 
 
¿Cómo se mide el amor? ¿Cómo saber cuánto es necesario? 

"La medida del amor es amar sin medida". (San Agustín).

lunes, 28 de abril de 2014

Me enchina la piel


Un "te odio" susurrado, un "te quiero a mi lado". Una ráfaga de aire limpio, viajar a ningún lado. Un olor que reconozco, por ejemplo, el tuyo, que ya es mio. Una caricia, un mordisco bien dado. El inicio de una canción, un recuerdo que creía olvidado. Una buena reflexión, por ejemplo, "¿dónde habías estado?". Escuchar tu voz al otro lado (o a mi lado, o en algún lado...). Mirar fijamente lo que quiero y no poder tocarlo. Cerrar los ojos y relatar todo, que es mucho, en lo que me he equivocado. Una imagen antes de irme a dormir, la tuya a poder ser... Todo eso, así sin más, me enchina la piel.




viernes, 25 de abril de 2014

Salida de emergencia


Escribo desde un avión. Desde las alturas todo se ve de una manera diferente. Los problemas, por ejemplo, más pequeños; no porque dejen de importar, solo es una cuestión de distancia al suelo. En España quedan, de la mano de muchas cosas buenas. Así que... Let's fly away! Los viajes tienen objetivos principales, como este, y objetivos secundarios, como otros... Vengo con la intención de cumplirlos todos: Divertirme, acostumbrarme, echar de menos, beber y pensar (estos van juntos porque son realmente efectivos en pareja), reír a carcajadas, madurar, asumir, hacerme daño (lo que duele te hace aprender) y todo lo demás que venga será bien recibido. Estoy en el vuelo de ida por lo que tengo esa ventaja. Quizás en el de vuelta confiese que no sirvió de nada, que todo sigue igual... Que no he madurado, que resulta que beber y pensar -después de todo- no es tan buena combinación y que mi plan para hacerme daño y aprender ha resultado ser fatídico, y aún me queda mucha travesía por el desierto. A la vuelta os cuento, espero. Imagino que en la vida, como en los aviones, debe de haber una salida de emergencia.... Solo tengo que caminar sin pánico hacia ella.


jueves, 24 de abril de 2014

Cuestión de tiempo

Según se es, así se ama. Lo decía Ortega y Gasset, no yo. Pero... ¿cómo soy?

Soy un montón de cosas contradictorias; buenas y malas. Me tatuo para recordar, pero lo hago cuando duele hacerlo. Soy capaz de arrancarme el querer, incluso queriendo. Voy dejando el miedo atrás y ya no soy tan responsable. Siempre llego tarde, y raras veces lo hago temprano. Eso sí, puntual, casi nunca. Paradoja pura que el complemento que más me gusta en el mundo sean los relojes.

Quizás ame a lo loco. Y a veces bien. Y otras mal. Quizás amar solo sea cuestión de tiempo y por eso siempre llego tarde.


martes, 22 de abril de 2014

Votos

Siempre me ha llamado la atención la dificultad que tienen muchos novios a la hora de escribir sus votos ante un matrimonio inminente. La verdad, no lo entiendo. Es fácil. En las películas que he visto últimamente este tema es un verdadero quebradero de cabeza. Y es algo que a mí no me entra en la mia. Deberían salir de corrido de tu boca, no tendrías ni que escribirlos... si no, ¿para qué te casas?

Yo no tengo pareja lo que por extensión descarta también una inminente boda pero..., pero..., tengo unos votos.

Y es que:

Por tu forma de andar a mi lado, supe que llegaríamos al mismo tiempo. 
Que la decisión de tus pasos en muchas ocasiones marcaron el ritmo de los mios
y que cuando tus pies dudaron, esperé agarrada a tu mano hasta que me volviste a alcanzar. 
Y seguimos caminando. 
Y lo seguiremos haciendo mucho tiempo más. 

Porque cuando me incomodas; te quiero, 
y cuando tuviste nostalgia... recordamos a la par. 
Porque tu risa encaja en la mia 
y tu palabrería en mi callar.
Porque hemos viajado sin movernos del sofá.
Tú a mi lado y yo al tuyo, 
o viceversa, qué más da.

Por enseñarme lo que no sabía,
ahora ya, si me la juego, sería sin dudar.
Que nos mire la gente, 
que nos señalen al pasar...
Que digan: ¡Vaya dos!
Y sonriamos de verdad.

Porque no es cuestión de modas, de tradición o contentar...
Es cuestión de que te quiero...
Y ya nada nos podrá parar.

Así que aquí me tienes... 
buscándote la mirada,
esperando tu sonrisa,
y aguantandome el llorar...
Diciéndote, como mejor puedo,
que para mi no habrá nadie más.

O algo así...

lunes, 21 de abril de 2014

Los ritos son necesarios

Encender velas, sentarte en el mismo sitio, ponerte la misma música... Los ritos son necesarios. 

¿Quién, en ocasiones, no lleva a cabo su ritual? Aunque, a veces, parezca más estrategia que rito. Hay que tenerlos. Yo los tengo. Cómo no. 

Así, como a estas horas, me siento en el sofá y veo caer estrellas. A veces te echo de menos y otras solo pienso en ti. Algunas, las menos, ni lo uno ni lo otro. De un tiempo a esta parte toda mi vida parece un gran ritual. No por la monotonía quizás, más bien, por las sensaciones. 

A quién me lea: los ritos son necesarios. No me lo invento, de verdad. Lo son y mucho. Lo contaba el zorro en El Principito. Él tenía que estar preparado para cuando el pequeño príncipe llegase. Prepararse, hacerse a la idea de que pronto llegaría a verlo y cuando, por fin, lo hiciese... ¡Zas! ¡Alegría! Pero..., en cambio, si no había rito a la hora de visitarlo..., no sabría nunca a qué hora empezar a acumular alegría. 

Y así es. Tus ritos de cada día, paradójicamente, te hacen los minutos distintos, las horas diferentes unas de las otras. Pero, ojo, no hagas de tus días un ritual, acabarán siendo todos iguales y ya no tendrá el mismo valor sentarse en el sofá, encender unas velas y pensar en nadie. Incluso si no piensas en nadie.

Así son los ritos. Importantes y necesarios. Para prepararse ante lo que pueda venir. 





viernes, 18 de abril de 2014

Let it be


Yo no quiero juntar para mañana, 
no me pidas llegar a fin de mes,
yo no quiero comerme una manzana,
dos veces por semana, 
sin ganas de comer...

(J. Sabina; "Contigo")

Let it be. Y así te quedas más tranquila. O deberías. ¿Funciona? Tumbada en el suelo de mi casa, con mi perra revoloteando a mi alrededor, contando estrellas -fugaces, porque duran poco-, y escuchando la vida pasar. Let it be. De lejos, a lo lejos, escucho el eco de las palabras que vinieron a parar a la orilla de mi cabeza... Y el mar no está revuelto; está en calma, y no se mueven. Let it be

Dejo de contar estrellas porque perdí la cuenta y ya era hora. 



martes, 15 de abril de 2014

Y les dirás a tus nietos...

Y les dirás a tus nietos que nunca te escribieron nada (pero mira qué feliz acabaste siendo). Que no fuiste inspiración de nada, ni de nadie. Que ninguna persona, al contacto con el amor, se volvió poeta contigo. Que nadie, al mirarte, pudo condensar en una palabra lo que sentía, y que tampoco lo logró con doscientas más. Que... aún así, no te importó (porque nunca lo hacía nada) no ser la primavera de ningún año, ni de nadie...

Que nadie nunca se desveló sintiendo la necesidad de escribirte, ni siquiera estando despierto. Les dirás que tú eras más de hacer y menos de sentir, o viceversa, y mira qué bien te ha ido. Y quizás tendrás razón, porque las palabras que no encuentran el camino no merecen ser recordadas, ni siquiera tenidas en cuenta... Y tus nietos te mirarán y cuando se hagan mayores se darán cuenta de que su abuela, efectivamente, era la flor más bonita, la más radiante y la que mejor reflejaba la llegada de la primavera... Pero... No sabía leer.

lunes, 14 de abril de 2014

Decisiones


Hoy ha sido un día de tomar decisiones. Decisiones necesarias. Importantes. Decisiones que tenía, por primera vez, que tomar yo sola. Ha sido difícil, distinto... Pero me he armado de valor y lo he hecho sin ayuda.

Antes, he pensado, he sopesado. Me he dejado guiar por mi olfato, ese que siempre tiene que estar alerta (por lo que pueda pasar).

Me he tomado unos minutos en silencio. Observando..., barajando las posibles alternativas, intentado que la ciencia infusa llegase a mi y, de pronto, escuchase una voz de ultratumba que retumbase en mi cabeza con la respuesta correcta. Pero no. Silencio total. Absoluto. Solitario.

Al final, después de mucho pensar, he descartado diez (o más) opciones incorrectas... ¿Quién sabe? Me he quedado con dos. ¿Dos de quince? Las probabilidades de elegir bien se habían reducido. Y todo lo he hecho yo sola. Y ha sido raro.

Me he pasado toda la mañana reduciendo a la mitad lo que antes multiplicaba por dos. Con lo fácil que es multiplicar lo que cuesta dividir.

Pero lo he hecho. Y solo el tiempo me dará la respuesta de si sé dividir o se me ha olvidado y la consecuencia es que todo, otra vez, acaba en la basura.

Tenía que elegir sola y lo he hecho. Opté por el 'Mimosín Orquídeas Mágicas' frente al 'Mimosín Caricias'. Para caricias prefiero las tuyas.




jueves, 10 de abril de 2014

Alergias

He leído que se están registrando, concretamente este año, unos altos índices de alergias. Qué pena. Con la de erratas que he visto durante todos estos años, desanima que esta no haya sido otra. Supongo que será cosa de la primavera, que altera la sangre (dice el refrán) y hace que florezcan.

A mi me da todo alergia. A veces, de tenerlos tan cerca (dentro de la cabeza) me salen ronchas, la luz de la luna -si no me pongo crema- me da alergia, las flores, los cambios de estación y los de ubicación. Y es que cualquier cosa puede dar alergia llegado el momento. Tenerte lejos, da alergia. El jabón de manos, también.

Dicen los expertos que nunca es tarde (ni temprano) para desarrollarlas... Y que... ¡oye! son peligrosas... ¡Qué una reacción alérgica grave puede llegar a asfixiarte! Qué bárbaro. Y yo no hago nada más que pensar que siempre he ido por ahí respirando todo, comiendo de todo y viviendo sin miedo. Qué imprudente.

¿Y si me da un ataque de alergia? ¿Qué hago?

Inmediatamente después de asaltarme esta pregunta, vuelve a mi cabeza la pena de que lo que leyese no haya sido una errata. Una más de tantas. Que los altos índices sean de alergias y no de alegrías.

miércoles, 9 de abril de 2014

Cuestión de olfato

El otro día volvía por la noche a casa y al andar camino de mi portal vino a mi el olor a colada recién hecha. El olor a ropa limpia. Me gusta oler la ropa limpia cuando está colgada secándose. Porque me hace feliz. No porque a mi mente vengan, de pronto, recuerdos de mi infancia cuando mi madre lavaba a mano la ropa en la pila; no, nada de eso. Solo me hace feliz. Y tanto, tanto, que me senté en el banco frente al portal para estar allí un rato más. Y pensaba... Y las ideas que venían a mi cabeza lo hacían fuertes, consistentes. El olor a colada recién hecha estaba haciendo en mi el mismo efecto que en Spiderman la picadura de araña. Era una superhéroina capaz de todo... Con un simple olor iba a dominar el mundo, o al menos, mi vida.

No voy a negarlo. Desde mi punto de vista, tengo el olfato hiperdesarrollado. Y que no lo pierda nunca, que mi olfato me trajo cosas muy buenas este tiempo. Los olores, aromas..., nos pueden hacer felices. Que lo sepáis. Por eso, cuando un olor nos gusta, cerramos los ojos y respiramos tan profundo con la idea de que se quede en nosotros tanto tiempo como sea posible. Que se nos quede en los pulmones, que nos embadurne el corazón. Ya toseremos si es necesario algún día.

Tened el olfato listo, que nunca nadie sabe hacia donde os dirigirá un aroma y a quién acabaréis mirando.