Estaba todo en silencio... Sólo se escuchaban las voces de la gente que canturreaba en la calle.
Pasaron las horas y el gentio fue enmudeciéndose poco a poco... Incluso, si ponía atención, podía escuchar el cambio de luces del semáforo de la esquina de mi casa.
-"Dónde está?..."- me susurró, de repente, mi cama...
Y me sobresalté...
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