martes, 9 de marzo de 2010

Body Pump o no Body Pump...

No odio el deporte, odio el gimnasio.

A mi me gusta hacer deporte al aire libre... y todo lo que ello conlleva: frio en las orejas, esguinces, cardenales... En el gimnasio me mareo. Se me mezcla la música de spinning con la del cardio boxing y con la de la televisión que veo mientras corro en la cinta. Que esa es otra, normal que te marees si intentas ver la tele dando mini saltitos al correr.

Lo mio con el gimnasio es algo parecido a lo de Karmele con la música. Lo intentamos y ponemos ganas, pero no hay manera. De esa relación no va a salir nada.

Y a pesar de que soy consciente de que nunca "necesitaré" -como dicen muchos- ir al gimnasio me sigo dejando la pasta cada vez que la gente me insiste dos o tres veces para que me apunte con ellos.

Yo creo que lo mio es cuestión de pelotas... Y no me refiero a cabezonería, si no a deportes en los que haga falta una pelota. Esa será mi próxima negociación. Cambiar el gimnasio por algo más... divertido.


Mientras tanto, esta tarde empiezo, otra vez, mi aventura deportiva en el gimnasio. A ver qué aguanto y quién me aguanta.

Un, dos, tres arriba mariquita...

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