lunes, 3 de noviembre de 2014

Eternal Sunshine of the Spotless Mind

Los recuerdos no van en maleta. No tienes que empacarlos. Por suerte y por desgracia, van contigo… A donde tú vayas. No es como hacer una maletita con todo eso que vas a necesitar para tu viaje, que lo metes y lo que no, se queda en casa. Con los recuerdos eso no funciona. No eliges cuales te llevas y cuales dejas. Te llevas todos los que recuerdes. No te dejas ni uno atrás. Y como no van en una maleta, tampoco se pierden por el camino. No hay una buena (o mala) compañía aérea que te pierda los recuerdos si lo seleccionas en la casilla correspondiente al comprar el billete. No la hay. Te vas con ellos. Te vas con ellos a donde vayas. Y a donde vayas, ellos van contigo. Ese es el acuerdo tácito al vivirlos. Ese es el riesgo al disfrutarlos. Ese es el peaje de los ratos inolvidables. La única forma de que al moverse dentro de uno los recuerdos no duelan es vivir miles para que entre todos estén a presión y no queden holgueros por tu cabeza.

Los recuerdos no se compran. No puedes ir a la tienda y encargar un pack de recuerdos por 9,99 para que los tuyos se apretujen. Los recuerdos se consiguen viviéndolos y a veces, algunas, de mucho imaginarlos. Qué dura tarea por delante la de revisarlos en tu interior solo cuando tú así lo eliges. Los recuerdos no tienen reloj. Son intempestivos. Aparecen cuando quieren, incluso en sueños. Nunca estás a salvo; ellos nunca duermen… (y por su culpa, a veces tú tampoco).

Lo único que se puede hacer para vivir con algunos de ellos es dejar el tiempo pasar. Dejar que el tiempo te saque una media sonrisa al recordarlos. Muchos, con el tiempo, se olvidan; los feos, sobre todo.

Estás en mi hombro, conmigo. Y ahí, el tiempo no tiene nada que hacer.




3 comentarios:

  1. Es inevitable...

    "Los recuerdos nos llaman/siempre insisten
    no soportan que los abandonemos
    y tienen toda la razón del mundo
    porque son los ladrillos del pasado

    la memoria es tan fiel que los archiva
    por orden alfabético y por zona
    para que así podamos encontrarlos
    cuando nos hagan falta en pleno insomnio

    los recuerdos son pedazos de vida/
    si los asimilamos con cautela
    y los llevamos hasta nuestro roble
    aquel que nos dio sombra en un verano
    podremos repasar expectativas
    posibles o imposibles/quién lo sabe

    los recuerdos nos llevan al origen
    se convierten de pronto en la semilla
    de las oscuridades y las luces
    que vinieron después y despacito

    con la memoria vamos y volvemos
    por todos los caminos del terruño
    ah pero los recuerdos nos esperan
    en la aglomeración de las llegadas
    y desde luego los recuperamos
    porque son hijos de nuestro pellejo
    de nuestras glorias y nuestras caidas
    bienvenidos recuerdos no lo olviden
    tienen hogar en nuestros corazones"

    Benedetti.

    Gracias Azahara, "Borroso todo se ve mejor."

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  2. Grande Benedetti, como siempre. ¡Gracias!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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