miércoles, 9 de diciembre de 2009

Rin rin...

Lo miro desafiante.

-No tienes cojones...- pienso.

Está inmóvil. Petrificado. Siempre lo hace, se queda parado esperando a que yo salte. Y obviamente, no lo hago. Pero, de pronto, cuando ya parecía que estaba todo en calma va el muy cabrón, y... ¡Zas! Se pone a sonar. Rin Rin...

Tengo que levantarme, me debo a mis quehaceres diarios. No puedo tener, un día más, la granja a barbecho.

Hay días en los que te mueves de la cama con tus propósitos claros -sabes qué ponerte...-. Otros, borrosos. Otros, ni sabes porqué te levantas. Llegados a este punto: Bienvenidos a mi tercera opción de día.

Hay mañanas, como ésta, que me dan ganas de dejar de ser del Barça. Y me pregunto: - ¿Para esto me levanto?-. Anda y que se vayan a la mierda. Y de paso, que se lleven mi despertador.

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