Un pequeño alfiler clavado por accidente no duele, es más, te lo quitas y se te olvida incluso que te clavaron uno. Cien alfileres clavados en el mismo sitio llegan a joder empezando por molestar.. Acabas harta de ir quitando alfilerito tras alfilerito, se te dobla la visión, ves más alfileres de la cuenta y te da pereza ir quitándolos, y los dejas para siempre allí... Y, así, el más mínimo roce te molesta.
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