Cuando dejas encerrada a la tristeza en un rincón con llave llega un momento en que comienza a gritar y dar patadas y puñetazos hasta que en una de esas te toca el corazón, hace que salte el pestillo y sale despavorida por los oidos haciéndote escuchar lo que en su día -cuando la encerraste- no quisiste oir...
No puedo estar mas de acuerdo en eso, por eso yo algunas veces le pongo doble cerradura :-)
ResponderEliminarA veces no te salva ni meterla en una caja fuerte... ;)
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