jueves, 15 de abril de 2010

Dejalo aquí

Me mirabas poco confiada. No tenías ninguna seguridad en lo que estabas a punto de hacer. -Déjalo aquí-, te dije. -De verdad, lo prometo. No pasará nada. Déjalo aquí...-.

No hiciste nada. Seguimos hablando. Riendo. Pero no lo soltabas.

-A ver, déjame verlo-. Te intenté convencer. Me miraste dudosa y, entonces, aproveché la ocasión... -Tendré cuidado, de verdad...-.

Te fuiste relajando. Empezaste a extender los brazos, pero seguías sujetándolo como si te fuese la vida en ello. Extendí mis manos y me miraste. -De verdad. Déjamelo. Confía en mi...-. En ese momento lo pusiste en mis manos...

Estaba roto, pero latía con mucha fuerza.

3 comentarios:

  1. Jo, niña, qué bonito...
    Me ha recordado a un poemita que leí hace años. Algo así como:
    "Tu corazón en mi puño, ese miedo
    a tronchar el cuello del gorrión".

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  2. que boniiiiiiiiiiitoooooooooooo!!
    precioso!!! buf....

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