miércoles, 9 de abril de 2014

Cuestión de olfato

El otro día volvía por la noche a casa y al andar camino de mi portal vino a mi el olor a colada recién hecha. El olor a ropa limpia. Me gusta oler la ropa limpia cuando está colgada secándose. Porque me hace feliz. No porque a mi mente vengan, de pronto, recuerdos de mi infancia cuando mi madre lavaba a mano la ropa en la pila; no, nada de eso. Solo me hace feliz. Y tanto, tanto, que me senté en el banco frente al portal para estar allí un rato más. Y pensaba... Y las ideas que venían a mi cabeza lo hacían fuertes, consistentes. El olor a colada recién hecha estaba haciendo en mi el mismo efecto que en Spiderman la picadura de araña. Era una superhéroina capaz de todo... Con un simple olor iba a dominar el mundo, o al menos, mi vida.

No voy a negarlo. Desde mi punto de vista, tengo el olfato hiperdesarrollado. Y que no lo pierda nunca, que mi olfato me trajo cosas muy buenas este tiempo. Los olores, aromas..., nos pueden hacer felices. Que lo sepáis. Por eso, cuando un olor nos gusta, cerramos los ojos y respiramos tan profundo con la idea de que se quede en nosotros tanto tiempo como sea posible. Que se nos quede en los pulmones, que nos embadurne el corazón. Ya toseremos si es necesario algún día.

Tened el olfato listo, que nunca nadie sabe hacia donde os dirigirá un aroma y a quién acabaréis mirando.

3 comentarios:

  1. Me encanta ese olor a ropa limpia a ese momento en el q la sacas d la lavadora... ese olor a casa...
    Y hace poco me descubrieron un ambientador de mercadona que tiene cierto olor muy parecido a ese limpio a esa casa...

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  2. ¿Cómo se llama? (Sólo curiosidad...).

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