Antes, he pensado, he sopesado. Me he dejado guiar por mi olfato, ese que siempre tiene que estar alerta (por lo que pueda pasar).
Me he tomado unos minutos en silencio. Observando..., barajando las posibles alternativas, intentado que la ciencia infusa llegase a mi y, de pronto, escuchase una voz de ultratumba que retumbase en mi cabeza con la respuesta correcta. Pero no. Silencio total. Absoluto. Solitario.
Al final, después de mucho pensar, he descartado diez (o más) opciones incorrectas... ¿Quién sabe? Me he quedado con dos. ¿Dos de quince? Las probabilidades de elegir bien se habían reducido. Y todo lo he hecho yo sola. Y ha sido raro.
Me he pasado toda la mañana reduciendo a la mitad lo que antes multiplicaba por dos. Con lo fácil que es multiplicar lo que cuesta dividir.
Pero lo he hecho. Y solo el tiempo me dará la respuesta de si sé dividir o se me ha olvidado y la consecuencia es que todo, otra vez, acaba en la basura.
Tenía que elegir sola y lo he hecho. Opté por el 'Mimosín Orquídeas Mágicas' frente al 'Mimosín Caricias'. Para caricias prefiero las tuyas.
El estómago se hizo nudo; el calor atasca la garganta, entorpece el ritmo natural de salivación; detengo la música, elimino interferencias; concentro mi atención en cada vocablo, obviando el matiz; respiro aliviada, el peso de tu prosa resbala sobre mi espalda ; Esbocé una sonrisa, ( consorte por una noche de mis sueños desvelados).
ResponderEliminar¡Sencillamente genial Azahara!
Gracias
¡Tú también llevas la prosa dentro...! Muchas gracias a ti por leer.
Eliminar¿Qué te pasa Ana?
ResponderEliminarNada... Que es difícil lo de dividir...
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